¡Qué tiempos despiadados!
Los que afronta un hombre
¡Que despiadados y sin nombre!
Duros, tristes y condenados,
infelices y depravados,
injustos y corruptibles,
en tiempos tan temibles
¿Qué soy?, sino una rama
que flotante avanza sin fama
en la corriente de agua incorregible.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario