Empezaron a pasar los días
y nadie llegaba a estudiar,
a nadie le parecía interesar
nadie me daría las gracias
su preocupación eran los productos y mercancías
su vida eran sus costumbres plenamente,
descubrí oportunamente
que su confianza en mí debo ganar
que sus temores debo desmarañar
para que vengan alegre y voluntariamente.
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